Dice el investigador Antonio Blay, que: “Las emociones te sacan de tu centro. Pero no el sentimiento, las emociones.” Hay que aclarar esto. Una emoción es una reacción que se produce en relación con algo. En cambio, el sentimiento es algo que surge del fondo naturalmente. La emoción es siempre una reacción, una respuesta a algo. En cambio, el sentimiento es algo inherente a la persona y surge del fondo. El sentimiento te ayuda a centrarte, la emoción te ayuda a descentrarte…La emoción es más superficial; el sentir puede ser mucho más profundo”.
Es fundamental que una persona conozca sus emociones y sentimientos, que aprenda a controlar sus impulsos y actitudes, y que desarrolle capacidades que le permitan asumir la conciencia del mundo que le rodea, la empatía, amabilidad, resolver conflictos, cooperar con otros, resistir la frustración, aplazar la gratificación, sentir compasión, perseverar o desplegar habilidades sociales.
Esas capacidades forman parte de los postulados de La Inteligencia Emocional, investigada por el doctor Daniel Goleman desde el año 1995, y ayudan a que un ser humano viva con bienestar y calidad de vida.
¿En qué consiste el Autocuidado Emocional?
Son las acciones que asume una persona con el fin de tener una adecuada salud. Está relacionada con los hábitos de vida a través de los cuales cuida y protege tanto la salud física, como la salud emocional, a través de la alimentación sana, el sueño reparador y ejercicio, entre otros.
En lo que concierne a la salud mental y emocional, es prestar atención a los diálogos internos negativos que generan estrés y ansiedad, y darse cuenta cómo los pensamientos afectan no solo el entorno real sino la consciencia que se tiene de lo que acontece cotidianamente.
Lo anterior plantea un importante reto personal que es invertir tiempo en el conocimiento de uno mismo como herramienta intrapersonal, aprendizaje que es esencial para acercarse a otras personas y poder tejer redes y relaciones de escucha mutua y respetuosas.
¿Y qué es Higiene emocional?
Es hacer limpieza de la casa interna, de todo aquello que se acumula y hace que el equipaje emocional a veces pese tanto. Así entonces, pueden ser resentimientos, culpas, venganzas, envidias, celos, miedos, dolores que se han arrastrado a través de la vida y de los años y que generan pesadumbre, amargura y desesperanza.
Les invito a que se pregunten: ¿Les hace bien sentirlos? ¿Les hace mejores personas? ¿O, por el contrario, les generan ansiedad y estrés? Quizás sus respuestas les lleven a tomar decisiones que les lleven a embellecer la casa interior y a vivir mejor.
Lecturas recomendadas:
- Bradberry, T. Greaves, J. Las Claves de la Inteligencia Emocional (2007) Bogotá. Grupo Editorial Norma.
- Lindenfield, G. La Seguridad Emocional. (1998) España. Editorial Kairós.
- Lomas, Tim –El poder positivo de las emociones negativas (2018) España. Ediciones Urano.
- Stamateas, B. Heridas Emocionales. (2011) Argentina. Editorial Vergara.
Fanny Bernal Orozco - Psicóloga experta en Duelo