La ONU define el feminicidio como: "Todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada".
Es necesario entender que el feminicidio es una de las más atroces violaciones a los Derechos Humanos, en América Latina las cifras aumentan a pesar de que en varios países se habla de esto con frecuencia y se realizan talleres para alertar a las mujeres y enseñarles autocuidado y además para que conozcan las leyes.
A través de las noticias y narrativas de sobrevivientes y de sus familias, se puede constatar que son los hogares los lugares más inseguros para muchas mujeres, quienes viven en un entorno en el cual las violencias son el común denominador en sus relaciones.
En este contexto, cuando una mujer decide terminar una relación, siente miedo ante las posibles represalias que pueda tomar el excompañero con ella misma o con sus hijos. Muchas de estas muertes surgen por el machismo exacerbado, dependencias emocionales enfermizas, destructivas y agobiantes, celos perturbadores, miedo a la soledad y necesidad de cobrar venganza entre otros.
En Colombia, la Ley 1761 de 2015, Rosa Elvira Cely contempla el feminicidio como la muerte de una mujer, por la condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género, también contempla la discriminación hacia las niñas, así como las relaciones de poder entre hombres y mujeres.
Es importante saber que la Ley 1761, considera que: Quien causare la muerte a una mujer, por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género o en donde haya concurrido o antecedido cualquiera de las siguientes circunstancias, incurrirá en prisión de doscientos cincuenta (250) meses a quinientos (500) meses:
-Tener o haber tenido una relación con la víctima.
-Ejercer sobre el cuerpo y la vida de la mujer actos de instrumentalización de género o sexual.
-Cometer el delito en aprovechamiento de las relaciones de poder ejercidas sobre la mujer.
-Cometer el delito para generar terror o humillación a quien se considere enemigo.
-Que existan antecedentes o indicios de cualquier tipo de violencia o amenaza por parte de la persona agresora contra de la víctima.
-Que la víctima haya sido incomunicada o privada de su libertad.
Por otra parte, según El Observatorio Colombiano de Feminicidios, casi diariamente muere en Colombia, lo que más agrava la situación es que al investigar, muchas de estas mujeres ya habían denunciado a su agresor, no una, sino varias veces y no habían recibido apoyo de las autoridades. Por otra parte, también se denuncia que, a pesar de que hay un aumento significativo de quejas sobre violencia intrafamiliar en las Comisarías de Familia, las respuestas de estos profesionales no es la más adecuada, muchas mujeres se sienten revictimizadas.
¿Y, que pasa, cuando ocurre un feminicidio? - ¿Cómo es un duelo, en estas circunstancias?
El duelo ante un Feminicidio, es un duelo que agobia a todos los integrantes de las familias; entre el dolor, la rabia, la sorpresa, la culpa y la vergüenza de expresar estas emociones. Mientras tanto si quedan hijos, comienzan a sentir los efectos del estrés postraumático, sin la posibilidad de recibir ayuda de manera oportuna.
Así, que hijos, hijas, madres y padres y el resto de la familia debe recibir apoyo profesional respetuoso, que les ayude no solo a transitar su dolor, sino además a aprender a afrontar los comentarios y rumores dañinos que los medios de comunicación realizan sobre estos hechos, con lo cual revictimizan a la persona asesinada y a su familia.
Es necesario atender que, al inicio, hay que realizar intervención en crisis y acoger a los dolientes con empatía y compasión y ojalá contar con profesionales expertos que sirvan de consuelo a los niños y adolescentes.
Lecturas recomendadas:
Fanny Bernal Orozco
Psicóloga experta en Duelo