Orfandad y Duelo ¿Cómo ayudar a los niños a reponerse ante una pérdida?

Orfandad y Duelo ¿Cómo ayudar a los niños a reponerse ante una pérdida?

La orfandad puede generar respuestas socioemocionales difíciles de vivir según la edad en la que se encuentren los dolientes. De manera especial, son los niños y adolescentes quiénes pueden verse enfrentados a diversos cambios ante la muerte de su madre, padre o cuidador (a) principal.

Reponerse de una pérdida no es asunto fácil, es un proceso que requiere acompañamiento, más aún cuando la muerte ha sido intempestiva. Es así como, ante acontecimientos traumáticos, es necesario brindar atención al estrés postraumático de manera urgente como una de las primeras acciones encaminadas a la recuperación.   

El duelo permite hacer consciente lo que ha sucedido, hablar de las emociones y sentimientos, llorar, quejarse, pedir ayuda y recibirla. Los niños a edades tempranas sienten soledad y miedo al presente y al futuro, al sentirse desprotegidos o inclusive abandonados.

¿Qué se necesita?

Se necesita de adultos cercanos emocionalmente que expliquen con claridad que la muerte es irreversible, que no es temporal, y que jamás el ser querido va a volver. Decir la verdad es perentorio. Una mamá ante la muerte de su esposo en un accidente en otro país dijo a sus hijos que el papá se iba a demorar mucho en volver, adujo que no quería verlos sufrir.

La muerte produce estrés y ansiedad, cambios en los hábitos de sueño y alimenticios, además de las afectaciones en las responsabilidades académicas y en las relaciones sociales. Un niño de ocho años en un seminario de duelo dijo: No quiero volver al colegio y ver que a otros niños la mamá los lleva o los recoge, siento mucha rabia con todo el mundo desde que mi mami murió.

La importancia de escuchar

Escuchar lo que niños y adolescentes narran hace parte del apoyo que ellos deben recibir, necesitan que se les acoja de manera respetuosa y cálida, que se les validen sus emociones; no es huyendo de la situación como se sana un duelo. Hay que generar espacios para palabrear el dolor y las emociones.

Una abuela, le contesta a la nieta en duelo por la muerte de su mamá: No llores, Dios la llamó al cielo y por eso debes estar feliz y no sentir ni dolor, ni rabia. Pobre apoyo cuando de la orfandad se trata. 

Sanar implica sentir que los otros, familiares o cuidadores, respetan el dolor y usan palabras empáticas y asertivas. Si no es así, la orfandad puede dejar heridas difíciles de cicatrizar que afecten el desarrollo psico-emocional y la salud mental de los niños y adolescentes en duelo.

Lecturas recomendadas:

Elisabeth Kubler Ross- Los niños y la muerte
William C. Kroen- Cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un ser querido – Un manual para adultos.
Alan Wolfelt- Consejos para niños ante el significado de la muerte 
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Fanny Bernal Orozco
Psicóloga, experta en duelo
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