La celebración del Día de Muertos es una de las más esperadas por todos los mexicanos, quienes con flores, colores y catrinas, celebran esta festividad que honra y da la bienvenida a los seres queridos que vuelven del más allá para reunirse con sus familiares, y para nutrirse de los alimentos que se les ofrecen en los altares decorados en su honor.
En PREXCO nos complace celebrar cada una de las festividades latinoamericanas, por eso nos unimos a una de las tradiciones más significativas de México que se ha extendido también por todos los rincones de Estados Unidos, donde la población mexicana que reside en el país se ha encargado de llevarla. Las panaderías preparan el famoso pan de muerto, las tiendas se llenan de todos los materiales para hacer las ofrendas y las calles se visten de papel picado.
Aunque para muchos el paso de la vida a la muerte represente temor, miedo o misterio, en la cultura mexicana, así como en tantas otras, tiene creencias, rituales y tradiciones para venerarla, honrarla y por qué no, celebrarla.
Pero... ¿de dónde viene esta celebración?
Esta tradición de gran trascendencia popular se remonta a un tiempo anterior desde antes de la llegada de Hernán Cortés, cuyo origen viene de las culturas que tenían un concepto parecido sobre muerte y su significado, por lo que los Mexicas, el pueblo indígena dominante de la época prehispánica mexicana, viajaban después de morir a través de las nueve regiones del inframundo, el Mictlán.
Con la llegada de los españoles se sumaron más elementos y significados, por lo cual se unieron las costumbres indígenas y la fe católica de los españoles.
Altares, ofrendas y otras tradiciones
Aunque el Día de Muertos se celebra en todo México, tiene algunas variantes según cada región. Algunas poblaciones acuden a los cementerios durante la noche para velar, orar y acompañar a sus difuntos. Además, también acostumbran adornar sus tumbas con flores Cempasúchil o de muerto, y muchas veces hacen altares sobre las lápidas de sus seres queridos.
En esta celebración, la muerte no representa una ausencia sino una presencia viva. La muerte es un símbolo de la vida que se materializa en el altar ofrecido. Por ello, el elemento más representativo de esta festividad son los altares con sus ofrendas que tienen que ser preparados con anticipación para los niños que regresan al mundo el 1 de noviembre, y los adultos el 2 de noviembre respetivamente.
El primer nivel del altar representa el cielo y la tierra, al segundo se le agrega el purgatorio, y a partir del siguiente, lo adornan con comida, licores, calaveritas, fotos de los difuntos, algunos objetos personales y sus cosas favoritas de cuando estaba en vida y que tanto le representaban.
La tradición también indica que se debe esparcir pétalos de cempasúchil, una flor originaria que se utiliza como adorno en las ofrendas y altares, junto con velas sobre el camino que van a recorrer, para que las almas no se pierdan y lleguen a su destino. Un destino merecido y esperado por el difunto, y por la familia.
La comida, un gran elemento protagonista
La comida es uno de los elementos que más protagonismo cobra, por lo que las familias se esmeran en preparar los platos favoritos de los difuntos, y por supuesto, el famoso y característico pan de muerto, con sus diferentes formas, representaciones de cadáveres, calaveras coloridas con chocolate, azúcar, cereales y amaranto.
Cada familia, una historia por contar
Cada familia tiene su propia historia. La mamá de Luisa Fernanda junto con sus hijas, preparan un altar desde el 1 de noviembre con los dulces, bebidas y objetos favoritos de los difuntos de la familia. El camote, la calabaza, las gaseosas, las galletas de chocolate y las fotografías de cada uno de ellos, son algunos de los elementos que no pueden faltar.
El 3 de noviembre, luego de que en la visita las ánimas hayan tomado la esencia de todas las ofrendas, se les permite comer el resto de ellas a las personas que se encuentren presentes, familiares y amigos que comparten ese bonito ritual.
Celebraciones en la ciudad
La capital también se viste de fiesta, cada año celebran con un desfile espectacular lleno de creatividad que recibe, además, a los habitantes del resto del país, y a muchos extranjeros que llegan para ser parte de esta gran tradición. Con carruajes decorados, ofrendas monumentales, procesiones masivas de catrinas, trajes típicos mexicanos, etc. Los asistentes recorren la ciudad en honor y conmemoración a esta gran festividad y a las personas que perdieron y siguen muy presentes en sus vidas.
El Día de Muertos es también una celebración que privilegia el recuerdo sobre el olvido, en donde las familias se reúnen para compartir y dar la bienvenida a las almas con los altares y ofrendas en su honor, visitar el cementerio, arreglar las tumbas y sentarse a la mesa para compartir los alimentos y convivir con quienes aún siguen presentes. Y desde PREXCO nos gozamos en celebrar junto a ustedes una festividad donde la muerte es parte del proceso y del recuerdo, en lugar de algo dramático que queramos olvidar.
PREXCO
Repatriación Funeraria Multilatina